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La invasión de vehículos chinos a Estados Unidos ha sumado un nuevo protagonista. Se trata del Kandi K27, un coche eléctrico asequible con 160 kilómetros de autonomía, que se convierte en el más barato del mercado estadounidense.
El actual Toyota Yaris para Norteamérica en un Mazda2 remarcado, que no ha tenido el éxito que la firma nipona había previsto. El modelo será discontinuado a partir de 2021, tanto en su carrocería hatchback como sedán.
Las ventas en Estados Unidos cerraron el año 2019 con una ligera baja. Como es habitual, los vehículos pick-up han sido los más demandados y una vez más Ford dominó las ventas con el Serie-F.
Las matriculaciones en Estados Unidos han descendido en septiembre.Las berlinas aún logran mantenerse entre las principales preferencias de los clientes. En el año las ventas ya acumulan 12.7 millones de unidades.
El Fiat 500 abandona el mercado estadounidense en todas sus versiones. Los Fiat 500, 500C y 500e se despiden definitivamente y la gama de la marca italiana queda ahora conformada por los 500L, 500X y 124 Spider.
El fabricante alemán no ha logrado una fórmula para lograr conquistar a los clientes norteamericanos y ha decidido poner punto final a su andadura comercial en Estados Unidos y Canadá. A partir de éste mismo año cesará la comercialización de vehículos en ésos dos países.
El plan para lleva a Peugeot una vez mas a Estados Unidos ya se ha puesto en marcha. El Peugeot 405 fue el ultimo coche que allí vendieron, pues la firma del león abandonó Norteamérica en 1991.
Las matriculaciones en Estados Unidos subieron ligeramente en 2018, una vez más superando las 17 millones de unidades. Ford lideró el ranking y el F-Series ha sido una vez más el modelo mas vendido, aunque Toyota amenaza seriamente su reinado.
Los Pick ups continúan siendo los modelos mas escogidos por el publico estadounidense, aunque los turismos convencionales aún logran mantenerse entre las principales preferencias del público estadounidense. En el año, las ventas ya superan los 17.5 millones de unidades.
General Motors anunció una fuerte reestructuración de sus actividades en Norteamérica, que incluye el cierre de varias factorías y el cese de la producción de los Chevrolet Cruze, Chevrolet Volt, Chevrolet Impala y algunos modelos de Cadillac.