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En los últimos años, los rumores del resurgimiento de la sub marca Isetta, por parte de BMW fueron innumerables. Tras la aparición del Smart ForTwo, se convirtió en el primer city car, que por formato y tamaño , mas se acercó al estilo de los micro coches que tuvieron su apogeo en la década del sesenta y que tras la sombra de Mercedes-Benz, puso incómodo a su rival alemán.
El Isetta 300 de 1953, tuvo sus orígenes pasada la Segunda Guerra Mundial, estabelciéndose en Italia un fabricante modesto denominado Iso, que emprendió la tarea de producir un coche bien económico, funcional pero sobre todo muy pequeño, que por formato se convertía en el vehículo ideal para recorrer pequeñas distancias dentro de las ciudades.
El modelo se llamó Isetta y lo fabricaron por dos años, hasta que en 1955 BMW adquirió los derechos para su fabricación en Alemania, en donde produjeron en siete años 161.728 unidades.
Es por eso que hace varios años con que se especula con la llegada del Isetta del siglo XXI, que con la tecnología de BMW podría convertirse en un digno rival para el Smart ForTwo.
El proyecto que se ilustra en las fotografías de ésta nota, se trata de un diseño llevado a cabo por Tony Weichselbraun, un graduado de la Universidad de Artes de Viena, con un concept car, que evoca al modelo de los años cincuentas, aunque adaptado a los tiempos modernos, ya que tal como su nombre lo indica, se trata de un coche eléctrico, que bien podría convertirse en un digno rival del también eléctrico Renault Twizy, que fabricado en España, fue recientemente puesto a la la venta en Europa.
Su creador afirma que el vehículo ha sido desarrollado para ser utilizado bajo el concepto de «coche compartido», es decir una plataforma automatizada, mediante la cual el usuario puede utilizar el vehículo para recorrer tramos cortos, sin necesidad de retornarlo al punto inicial, de la misma forma que ya sucede con las bicicletas en las grandes ciudades. Además el sistema de carga es por inducción, sin necesidad de ser enchufado a la red eléctrica.
El diseño, si bien está inspirado en el Isetta original, cuenta con una puerta frontal que se desliza y gira, permitiendo de ese modo a los pasajeros ingresar al vehículo, no desde la parte frontal, sino desde la acera, como en un coche tradicional.
Con un diseño icónico y automáticamente reconocible, el vehículo podría transformarse en una viable alternativa, en formato retro, para el transporte en las ciudades de éste siglo. El BMW eSetta, podría llegar para completar la novedosa gama de coches eléctricos que BMW se encuentra desarrollando, reforzando la familia compuesta por los BMW i3 e i8.
