El año no ha comenzado con buen pie para el sector del automóvil en Brasil, puesto que la firma del óvalo echará el cierre de todas sus factorías brasileñas. La producción de automóviles se detendrá inmediatamente, aunque algunas de las plantas continuarán en funcionamiento para producir piezas de recambio.
Las factorías de Camaçari y Taubaté cesarán sus actividades y culminará la producción de los Ford EcoSport, Ford Ka y Ford Ka Sedán. También se despedirá el Troller T4, un peculiar todoterreno lanzado hace 20 años que solo se ofertaba en Brasil.
A pesar de que hace poco más de un año Ford había vendido las instalaciones de São Bernardo do Campo, esto no ha sido suficiente para hacer viable la continuidad de la producción en territorio brasileño.
Tras el cierre de la primera factoría en 2019, Ford decidió cesar la comercialización de camiones en toda Sudamerica. No obstante, en esta oportunidad la filial brasileña de Ford continuará vendiendo automóviles, aunque a partir de ahora llegarán importados desde otras regiones.
El foco estará ahora puesto en los SUVs, comerciales y pickups. La gama Ford para Brasil contemplará al Transit producido en Uruguay, al Ranger argentino y el Territory fabricado en China, además de los Mustang Mach-1 y Bronco provenientes de Estados Unidos.
Ford asegura que las bajas ventas debido a la crisis sanitaria producto del Coronavirus ha sido el principal motivo por el cual han decidido poner punto y final a la producción de vehículos en Brasil.
Sin embargo, en recientes declaraciones el presidente de Brasil ha manifestado que Ford demandaba la continuidad de incentivos fiscales por unos 20.000 millones de reales, equivalentes a unos 3.200 millones de euros, para seguir adelante con la operación en el país y que ese ha sido el verdadero motivo del cierre.
No obstante, lo cierto es que ésta decision provocará el despido de unos 5.000 trabajadores y afectará indirectamente además a otros 7.000.