Con un aspecto exterior al que muchos señalaban como un zapato de payaso con ruedas, el BMW M Coupe fue un coche que nunca pasó desapercibido, pero al que le costó cosechar elogios. Se trataba de un producto al que tomando como base al roadster Z3, el equipo de ingeniería de BMW le añadió un techo que le otorgaba rigidez, mientras que para la versión M, tomaron prestado el propulsor de seis cilindros en línea del M3.
El resultado final fue un coche que no se destacaba por su belleza, aunque hay que reconocer que contaba con un formato bastante original. Sin embargo compensaba la estética con sus cualidades dinámicas, ya que aseguran es un coche muy divertido de conducir.
Y así lo aseguró a Petrolicious su propietario, Alex McCulloch, quien considera que la única forma real de explotar sal BMW M Coupe al máximo es llevándolo a un circuito. Pero lo mehor es que lo disfrutes en el fantástico video de Petrolicious.