Las restricciones y las medidas de aislamiento puestas en práctica en México producto de la pandemia por el COVID-19, han hecho desplomar las cifras en México, tanto de la venta como de la producción y la exportación de vehículos.
Durante el pasado mes de abril la producción de vehículos cayó un 98.76% en relación a igual mes del año anterior, mientras que las exportaciones cayeron a mínimos históricos, con cifras que no se veían desde hace 30 años.
Los contagios no parecen haber todavía alcanzado en México su punto más alto y ésta semana se alcanzó el numero máximo de personas contagiadas en un día desde el inicio de la pandemia. Pero a pesar de ello, se hacen oír cada vez más fuerte las presiones para la reapertura de las plantas de ensamblaje de vehículos.
No se trata solo de reclamos internos, puesto que Estados Unidos también está ejerciendo presión, sugiriendo que la cadena de suministro de la zona de libre comercio de América del Norte podría verse afectada permanentemente si México no decide quitar el freno y poner nuevamente en marcha la producción.
El gobierno de México aseguró que se encuentra trabajando conjuntamente con Estados Unidos y Canadá para planificar el regreso a la actividad industrial, especialmente dentro del campo de la automoción.
Son varios los fabricantes se encuentran ya evaluando cómo poner en práctica el reinicio de la producción y aunque todavía no hay una fecha exacta, muchos comenzarán a operar en las próximas semanas.
Trabajadores de General Motors informaron que la compañía les comunicó que deberán presentarse a trabajar el próximo 18 de mayo, aunque la firma estadounidense todavía no fijó oficialmente una fecha de reapertura.
Volkswagen por su parte comunicó en las ultimas horas que planea reabrir su planta en el estado de Puebla y su fábrica de motores en el estado de Guanajuato a partir del próximo 1 de junio, mientras que Nissan, Toyota y Ford todavía no han revelado cuales son sus planes para reanudar la actividad.