Para intentar dejar atrás la crisis que se desató en el sector de la automoción debido al confinamiento por el COVID-19, Italia, al igual que otros países de Europa, se encuentra trabajando en una serie de ayudas para reactivar las alicaídas ventas.
Las matriculaciones en Italia comenzaron su declive durante el pasado mes de marzo y como ocurrió en muchos otros mercados, las ventas casi desaparecieron durante el pico máximo de la pandemia.
El gobierno italiano analiza la posibilidad de establecer incentivos de hasta 4.000 euros para los compradores de vehículos nuevos, pero a diferencia de otros países, en donde los planes de ayudas solo contemplan a los coches eléctricos, en Italia las ayudas estarán destinadas a automóviles de gasolina y diésel de última generación.
Se trata de una propuesta que estará incluida dentro de un paquete de estímulo económico que en estos momentos se encuentra en discusión en el parlamento italiano y que se espera logre ser aprobado el próximo mes de julio.
Este plan de estímulos a la compra de vehículos nuevos propone una ayuda de 4.000 euros a los compradores de vehículos «Euro 6», para clientes que posean vehículos de al menos 10 años de antigüedad. El gobierno se hará cargo del 50% del estímulo, mientras que el restante 50% se dividirá a partes iguales entre los fabricantes y los concesionarios.
Sin embargo, la oposición podría estar en desacuerdo con esta propuesta, puesto que se trata de un paquete de estimulo a los automóviles con motor de combustión. No obstante, desde la coalición gobernante consideran que dada la actual situación que atraviesa el sector de la automoción y la economía en general, es posible que el plan reciba finalmente luz verde.
Tanto Francia como Alemania pondrán en practica también diversos planes de ayudas para incentivar la compra de vehículos nuevos, aunque en ambos casos el foco estará puesto en los vehículos eléctricos.
Alemania propone duplicar los actuales incentivos ofrecidos para automóviles de bajas emisiones, aunque el plan no contempla a los modelos equipados con motores térmicos, algo similar a lo que proponen las autoridades francesas.