En el año 2009 Gian Mario Rossignolo había vuelto a lanzar la marca De Tomaso, tomando el control de las instalaciones de Grugliasco que eran de Pininfarina. Para el Salón del Automóvil de Ginebra del año 2011 la renacida marca llevó un prototipo de un SUV lujoso al que denominaron Deauville, que utilizaba una mecánica provista por Genereal Motors.
Pero cuando parecía que la marca finalmente volvía a la vida, el Deauville nunca llegó a transformarse en un modelo de producción, Rossignolo fue acusado de estafar al estado italiano y De Tomaso volvió a cerrar.
Ahora el empresario Gian Mario Rossignolo, su hijo Gianluca Rossignolo y otros seis acusados serán llevados a juicio, mientras que otros tres acusados han negociado penas de entre 22 y 24 meses de prisión.
Los primeros cargos de la investigación iniciada en el año 2012 habían sido por malversación y fraude contra el Estado, porque De Tomaso había recibido financiación de Europa y del estado italiano para los cursos de formación de los trabajadores, que finalmente nunca se hicieron. Pero al juicio que comenzará el año próximo se le han sumado ahora los cargos de lavado de dinero y violación de las leyes de bancarrota.
Al mismo tiempo De Tomaso ha vuelto a ser vendida el pasado mes de abril, esta vez al grupo de origen chino Ideal Team Venture, pero desde ese entonces no se ha sabido cuales serán sus planes para el futuro.