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General Motors anunció que planea dejar de comercializar la marca Opel y la mayoría de los vehículos Chevrolet en el mercado ruso hacia finales de éste año y dejará indefinidamente inactiva a su planta de San Petersburgo.
La medida, que podría hacer que mil personas o más pierdan sus puestos de trabajo, se produce una semana después que la compañía advirtiera que Rusia estaba bajo una seria revisión. Las ventas de automóviles se han visto afectadas por el colapso de la moneda rusa y por la economía de ése país, de la cual se espera que entre en recesión este año.
General Motors se centrará únicamente en el mercado lujoso en Rusia, continuando la comercialización de modelos como el Camaro el Corvette el Tahoe y la marca Cadillac. Este cambio en el modo de negocio de la marca en Rusia responde a la estrategia global para garantizar la sostenibilidad a largo plazo en el resto de los mercados, tal como lo aseguró el presidente de General Motors, Dan Ammann en un comunicado.
Los Chevrolet y Opel dejarán de ofrecerse en Rusia, al mismo tiempo que la planta de ensamblaje cerrará sus puertas.
Las ventas de General Motors en Rusia cayeron un 28 por ciento el año pasado y se prevé que sigan disminuyendo. Hace tan solo unos pocos años Rusia era visto como un mercado emergente importante para Chevrolet y de hecho lo fue en 2013, cuando el ruso fue uno de los cinco principales mercados mundiales de ventas de la marca con 123 mil unidades comercializadas.
Por su parte el CEO del grupo Opel Karl Thomas afirmó que la compañía no tiene el nivel de localización apropiada para los vehículos producidos en Rusia y el entorno económico no justifica la inversión para modificar esa situación.
Por otra parte la alianza GM-AvtoVAZ finalizará a mediados de año, por lo que la planta de San Petersburgo en donde se producen el Opel Astra y el Chevrolet Cruze solo se concentrará de construir la actual generación del Chevrolet Niva. En septiembre ya habían reducido la producción a un solo turno y se perdieron 500 puestos de trabajo.
Sin embargo General Motors aseguró que la medida no cambia el objetivo de aumentar su margen de rentabilidad en Europa para el próximo año y de lograr una participación en el mercado europeo del 8 por ciento.
General Motors no es el único fabricante con problemas en Rusia. Esta semana Nissan anunció la detención de la producción durante 16 días, Ford anunció un recorte de puestos de trabajo, a la vez de una reducción en las inversiones y Volkswagen aseguró que la crisis le ha costado una cifra millonaria en perdidas.
