En Francia todos están hartos de los polarizados en los cristales de las puertas delanteras y las quejas abarcan desde otros conductores y ciclistas hasta peatones y agentes de policía.
Tal como informa Caradisiac, dos argumentos han sido aceptados acerca de éste tema, el primero de ellos la imposibilidad de otros conductores de observar quien está detrás del volante del otro vehículo, sobre todo porque impide entender cuales son sus intenciones o por la perdida del contacto visual que permite saber si han sido vistos por el otro, algo que por la noche se acentúa aun de manera mas profunda.
El segundo de los argumentos viene por el lado de las fuerzas del orden, quienes se ven imposibilitados de poder hacer cumplir las normativas vigentes que impiden por ejemplo al conductor hablar por teléfono o enviar mensajes de texto mientras conduce o la obligación de utilizar el cinturón de seguridad.
La normativa europea indica ya desde el año 1958 que los cristales delanteros de los coches, es decir todos los que llegan hasta el Pilar B, deberán dejar pasar el 70% de la luz, algo que los instaladores de laminas polarizadas no cumplen, ya que algunas solo dejan pasar el 10%.
Esto se está debatiendo desde hace ya un año, peor todavía no se ha llegado a un acuerdo con todas las partes implicadas. Curioso que ocurra justamente en Francia, en donde se prohibe expresamente a la gente que utilice su rostro cubierto en espacios públicos.
De todos modos, en Francia como en toda Europa el porcentual de automóviles que circulan con los cristales oscurecidos es mínimo y mas si se lo compara contra algunos países sudamericanos como la Argentina. Es curioso lo que ocurre en Argentina con los vidrios polarizados, en donde la respuesta mas común de quienes así lo tienen en sus coches es “por seguridad”.
No se entiende exactamente cual es la seguridad, pero algunos afirman que es para poder dejar objetos de valor dentro del coche y que no se vean desde el exterior, mientras otros en cambio argumentan que es para poder sobrellevar de mejor modo los rayos solares.
Otros en cambio, especialmente los expertos en la materia, afirman que no hay nada mas seguro que los cristales transparentes tal como vienen de fábrica, no solo porque permiten una optima visibilidad en la vía publica, sino por los peligrosos efectos de que un cristal oscurecido impida a las fuerzas de seguridad ver a un delincuente que se ha subido con nosotros a nuestro vehículo.
En fin, da para un debate intenso, pero todo parecería indicar que el cristal oscurecido es una mas bien una preferencia estética que una necesidad real.