Esta semana se cumplieron 25 años de la caída del muro de Berlín. El signo mas cabal del parque automotor de la Alemania del este fue sin dudas el Trabant. Pero fue en el Salón del Automóvil de Frankfurt del año 2009 cuando el mundo conoció un prototipo que intentaba recrear en clave moderna al modelo de la época comunista.
El Trabant del siglo XXI podría ser eléctrico, si sus creadores encontraran financiación.
La celebración estuvo esta semana presente en gran parte de los medios y nos hizo recordar este proyecto del año 2009, impulsado por el fabricante de miniaturas Herpa.
El prototipo fue mostrado ante el publico de Frankfurt hace cinco años como Trabant nT y obtuvo una muy buena respuesta, pero el proyecto quedó estancado a la espera de inversores.
Herpa pensó al nuevo Trabant como un vehículo eléctrico, impulsado por un motor de 47 kW, equipado con baterías de litio que le permiten una autonomía de 160 kilómetros y alcanzar una velocidad máxima de 130 kilómetros por hora. Además cuenta con unas células solares ubicadas sobre el techo, que le permiten abastecer de energía a los sistemas auxiliares y al aire acondicionado, sin necesidad de tomar energía de la fuente principal.
Si bien su concepción estética ha sabido tomar los rasgos del modelo original en forma adecuada, también es cierto que se trata de un vehículo de características muy diferentes y no solo por su sistema de propulsión, sino pos su tamaño, ya que el Trabant nT posee carrocería de 3 puertas, pesa 1.050 kg, mide 3.95 metros de largo y cuenta con espacio para cinco ocupantes, uno de ellos un niño.
La idea original era la de lograr ponerlo en producción como pronto en el año 2012, pero Herpa, que realizó el prototipo en asociación con Indikar, una casa especializada en la construcción de concept cars, está todavía a la espera de un socio que se entusiasme con la idea de construirlo en serie y que pueda aportar al menos parte de los 30 millones de euros necesarios para transformarlo en realidad.