La nueva generación del Hyundai i10 debutó ante el público en el últimos Salón del Automóvil de Frankfurt. El hatchback ha sido rediseñado al gusto del consumidor europeo y ha sido desarrollado en Rüsselsheim, Alemania. Se fabrica en la planta recientemente ampliada de Izmit en Turquía para todo el continente, en donde ya ha sido puesto a la venta.
Es un coche urbano del segmento A, sustancialmente más grande que el anterior, ya que es 80 milímetros más largo, 65 más ancho y 50 más bajo respecto al modelo que reemplaza, con una distancia entre ejes que también se ha estirado en 5 mm. Esto significa más espacio en el interior, así como una mejor capacidad de equipaje, que es la mejor en su segmento con 252 litros y que además puede ampliarse a 1.046 litros con los asientos traseros abatidos.
Tal como sucede por regla en la industria, los coches pequeños no podían ser la excepción y están creciendo a un ritmo rápido, aunque no solo lo hacen en tamaño.
El nuevo i10 utiliza tecnologías que permitieron aumentar su rigidez torsional, su insonorización que permitieron llevar los niveles de ruido hasta los 38 dB en ralentí, hasta los 65 dB en marcha sobre superficies rugosas, lo que traducido significa que el coche es mas silencioso que cualquiera de sus principales rivales, de acuerdo al fabricante coreano.
La propuesta mecánica se compone por dos motores Kappa con CVVT dual: un tres cilindros de 1.0 litro, 66 caballos y 94 Nm de par o un cuatro cilindros de 1.2 litros y 87 cv con 120 Nm de par. Los propulsores pueden asociarse a una transmisión manual de cinco velocidades o a una automática de cuatro marchas. De acuerdo al fabricante, el Hyundai i10 BlueDrive de 1.0 litro con caja manual de 5 marchas y sistema start&stop, es capaz de recorrer 100 kilómetros con 4.3 litros de combustible.