Una de las novedades mas inesperadas para el Salón del Automóvil de Ginebra 2018 que se celbrará en marzo es sin dudas el resurgimiento del proyecto «New Stratos» que había sido desarrollado en colaboración con Pininfarina y que había quedado archivado desde hace años, fundamentalmente debido a la negativa de Ferrari a que utilizaran sus chasis y propulsores para el proyecto.
Ahora el proyecto de Manifattura Automobili Torino resurgió y sus creadores anunciaron que en esta ocasión será llevado a cabo ya sin la colaboración de Ferrari, aunque sin embargo será un Ferrari lo que se esconda detrás de la carrocería de fibra de carbono del nuevo Stratos. Es que para la construcción de cada New Stratos será necesario sacrificar una unidad del Ferrari 430 Scuderia, que será el donante que aportará el chasis y el motor.
Aunque suene como un verdadero sacrilegio, cada nuevo Stratos implicará acabar con un Ferrari 430 Scuderia, ya que deberá necesariamente ser sacrificado para dar vida al nuevo modelo. Cada cliente deberá estar dispuesto a aportar una unidad del 430 Scuderia que deberá encontrar en el mercado de ocasión y pagar además unos 500.000 euros, para así tiempo después tener su nuevo Stratos, que por supuesto ya no podrá llevar el nombre Lancia.
Técnicamente hablando, el chasis del Ferrari 430 Scuderia deberá ser adaptado para poder albergar a la carrocería del Stratos, para lo cual será necesario modificar su distancia entre ejes y el voladizo delantero. Con respecto a la mecánica, el New Stratos conservará el motor V8 de 4.3 litros del 430 Scuderia, aunque será sometido a algunas modificaciones que elevarán la potencia de los 510 CV originales hasta alcanzar los 600 caballos.
Estéticamente el New Stratos luce muy bien y sin dudas el proyecto es muy atractivo, aunque acabar con uno de los mejores deportivos de los últimos años como condición necesaria para construirlo, un modelo nacido para competir contra los Porsche RS y Lamborghini Gallardo Superleggera, que oportunamente fuera presentado por Michael Schumacher, suena como un verdadero sacrilegio.