Exteriormente el X50 dispone de todos los elementos necesarios para conseguir una imagen robusta. Destacan las molduras plásticas que recorren el contorno de la carrocería, las barras de techo, el protector de bajos delantero en color aluminio y las llantas de aleación de 15 pulgadas.
El diseño interior resulta correcto aunque los materiales no son los mejores del segmento. En la consola central se ha integrado una pantalla multifunción que aumenta la sensación de empaque, si bien es un elemento opcional. Lo que sí es de serie es la completa instrumentación inspirada en el mundo de las dos ruedas, con un velocímetro digital de fácil lectura.
Los interesados en el X50 podrán optar por tres niveles de acabado: Standard, Luxury y Flagship. Desde el más sencillo incluyen el ABS, EBD, doble airbag frontal, tapizado en eco-cuero, aire acondicionado, radio CD MP3, bluetooth, puerto USB, llantas de aleación, retrovisores y elevalunas eléctricos, cierre con mando, etc.
La terminación Luxury añade el inmovilizador, los sensores de parking traseros, el techo solar eléctrico deslizante, plancha protectora de bajos y los paragolpes específicos. Por último el Flagship suma un asiento del conductor con mayor número de reglajes, airbags laterales/cortina, y si el cliente lo desea, puede añadir el control de estabilidad y el sensor de presión de los neumáticos (así lo indica la página web del fabricante).
La mecánica elegida para el X50 es de gasolina Euro V, con 1,5 litros y una potencia de 103 CV. Se puede solicitar tanto con una caja de cambios manual de cinco velocidades como una automática de tipo CVT.
Los precios recomendados del nuevo X50 parten de los 17.990 dólares y ya están disponibles en los concesionarios en cinco colores (negro, rojo, blanco, gris plata y azul). La garantía es de tres años o 60.000 km, lo que ocurra primero.
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