El propietario de este coche acabó sumergido dentro de su propia piscina de la ciudad de Los Angeles en California. Al parecer el hombre estaba maniobrando el coche para ingresar o salir de su garaje, cuando una de sus chancletas que llevaba puestas se quedó atorada en uno de los pedales.
Aparentemente la chancleta trabada le impidió poder pisar el pedal del freno, por lo cual el coche se deslizó a baja velocidad, atravesó la puerta del garaje para terminar en el fondo de la piscina de su propia casa.
Está claro además que la puerta del garaje era de un material muy frágil ya que no logró impedir que el coche que circulaba a baja velocidad se detenga, de acuerdo al relato.
El conductor no sufrió daños, ya que se las ingenió para escapar del coche antes de que éste se hundiera del todo. Por suerte no había nadie dentro de la piscina ni tampoco nadie mas sobre el auto, lo que evitó que el problema fuera mas grave. El video a continuación.