El síndico que lleva la quiebra de De Tomaso ha enviado cerca de 900 cartas de despido a los empleados de la compañía que hasta hace poco tiempo comandaba la familia Rossignolo. Los despidos comenzarán a partir del próximo 4 de enero 2014 si en los próximos meses no se encuentran soluciones alternativas para salvar la marca.
De Tomaso se mantenía a la expectativa por la posible adquisición por parte de otras empresas, algo que por el momento no ha sucedido. Durante el año pasado fueron detenidos nueve de los administradores y directivos de la fábrica De Tomaso, incluyendo a su propietario Gian Mario Rossignolo y su hijo Gian Luca, acusados de fraude contra el Estado.
En los últimos años obtuvieron cerca de siete millones y medio de euros de financiación pública que estaban destinados al renacimiento de la casa De Tomaso, en vista de la introducción al mercado de un nuevo modelo que se denominaría De Tomaso Deauville, un SUV del que se conoció un prototipo, pero que probablemente jamás sea producido.