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A los posibles compradores del nuevo superdeportivo de la casa del cavallino parece no importarles su curioso nombre. A pocas horas de lanzado a la venta en un serie limitada a 499 unidades, el interés de sus compradores se extendió mas allá de lo previsto por el fabricante, ya que se superaron los 1.000 interesados, dispuestos a pagar los nada menos que 1.3 millones de euros necesarios para comprar al nuevo LaFerrari.
La cifra que supra los mil pedidos se logró en parte a la presentación que la marca realizó hace algunas semanas a algunos exclusivos clientes de la marca, llevada a cabo en la ciudad de Maranello. Allí muchos quedaron convencidos que LaFerrari debería ocupar un lugar en sus garajes, por lo que apenas lanzado a la venta el deportivo comenzaron a llegar los pedidos. Esto pone en una situación incómoda a Ferrari que deberá de alguna forma cumplir con los pedidos de sus clientes, que duplican la serie prevista en una primera instancia.
Algo similar sucedió cuando el Enzo Ferrari fue lanzado, un modelo del que se esperaban 349 unidades, pero del que finalmente se construyeron 400, en función de poder cumplir con su alta demanda. El fabricante italiano deberá decidir si mantiene la idea inicial de producir solo 499 unidades o cumple con la demanda de sus clientes, a costa de que el modelo pierda algo de su exclusividad, algo que es realmente valioso en un coche de éstas características y que hasta podría hacer desistir la decisión de compra de alguno de sus interesados, por lo cual se trata de un tema que Ferrari deberá manejar con cautela.
