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No han pasado todavía doce meses desde que la nueva generación del Hoda Fit llegara al mercado y el pequeño hatchback ya ha tenido nada menos que cinco llamadas a revisión. Algo inadmisible para los estándares japoneses, que ha dejado su marca en los ejecutivos de la firma.
El Honda Fit de actual generación inauguró la nueva estrategia de modelos globales de la marca. Es el primer producto que llegará a todos los mercados mundiales con variaciones mínimas, en contraste con sus generaciones anteriores que eran muy diferentes en varios mercados, algo que complicaba las homologaciones a nivel mundial.
Los problemas comenzaron con inconvenientes relacionados con el software de gestión del vehículo, pero continuaron con varios y diversos problemas. Hubo llamadas a revisión por la transmisión automática, por problemas con la bobina de inducción que generaba inconvenientes con la bujías y con la central electrónica, que debido a interferencias electromagnéticas producía que el motor se detenga por si mismo en forma repentina.
La ultima llamada a revisión fue mas simple, ya que estaba relacionada con diversos chillidos que eran audibles desde el interior del coche, pero parece que fue la gota que derramó el vaso. Los ejecutivos japoneses demostraron su celebre responsabilidad respecto al trabajo y decidieron tomar una drástica medida, ya que se auto-castigaron al bajarse los salarios durante un trimestre completo, y aseguran fue una baja considerable.
Pero además Honda fue un paso mas adelante, al designar un encargado que únicamente se dedicará a cuidar que todos los coches producidos por la compañía cumplan con estándares de calidad aun mas altos que los actuales, en virtud de intentar evitar que en el futuro ocurra lo mismo.
