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El mundo del automovilismo estaba pendiente de la legada de McLaren-Honda a la Fórmula 1. En el día de ayer se produjo el debut oficial, tras las primeras pruebas llevadas a cabo en el circuito de Silverstone, al mando del piloto Oliver Turvey al volante.
A nivel estético no se han producido novedades en el monoplaza y el color naranja que caracteriza a los McLaren de otras épocas ha brillado por su ausencia, lo mismo que la combinación de blanco y rojo que caracterizaba a los monoplazas en épocas en que era auspiciado por una famosa tabacalera.
En rigor a la verdad, se trató de un MP4-29 al que se le sustituyó el motor Mercedes-AMG por uno de los nuevos propulsores Honda. Técnicamente, el denominado McLaren MP4-29H se presentó con algunas diferencias en su sector posterior, en función de poder acomodar al nuevo motor.
El monoplaza sumó además unas nuevas tomas de aire ubicadas en la parte trasera, que ayudan a refrigerar al nuevo motor de 1.6 litros V6 al que acompañan dos motores eléctricos, uno de ellos para asistir al turbo y el otro para un shock de potencia que se acciona con el toque de un botón.
Sin cifras de potencia oficiales, se supone que el propulsor debería ubicarse por debajo del límite máximo de 750 caballos de fuerza que rige en la normativa de la actual temporada.
