Aún faltan algunos días para que Donald Trump asuma la presidencia de los Estados Unidos, pero las compañías norteamericanas ya comienzan a mover sus piezas de cara al escenario que se avecina durante los próximos años.
Ford había anunciado el pasado mes de febrero una inversión de 1.600 millones de dólares, que contemplaba la construcción de una nueva planta destinada a ampliar sus operaciones de motores y transmisiones en el centro y norte de México. La inversión contemplaba la construcción de una nueva planta de ensamblaje en San Luis Potosí, y la ampliación de una fábrica existente cerca de la Ciudad de México. Pero nada de eso ocurrirá.
Desde que Donald Trump ganara las elecciones, el mapa industrial de Estados Unidos comenzó a ajustar sus planes de acuerdo al nuevo escenario. Trump había dedicado parte de su campaña a criticar a las industrias que producen fuera de las fronteras de Estados Unidos. Dentro de este marco, Ford acaba de anunciar que cancelará la inversión de 2.500 millones de dólares en México y en su lugar invertirá 700 millones de dólares en la planta de ensamblaje de Flat Rock en Michigan.
Esta inversión contempla la fabricación del SUV 100% eléctrico que te comentábamos ayer y significará la creación de 700 nuevos puestos de trabajo. Desde Ford señalan que el cambio de planes no está relacionado con el cambio político, sino que por el contrario forma parte de una decisión corporativa. No les creemos.
Estas modificaciones en los planes de la compañía, significarán una mejora para los trabajadores estadounidenses, aunque no necesariamente una mejora para los consumidores de ese mercado, que casi con seguridad verán precios mas altos durante los próximos años.