Es increíble que tomando como base al urbano Smart ForTwo, éste aficionado ucraniano haya podido lograr una versión todoterreno. Gerogiy Kosilov tomó a un ForTwo de primera generación y lo despojó de todo material innecesario para su proyecto, en función de lograr un vehículo lo mas ligero posible.
Gracias a una serie de componentes tomados prestados de un Honda, un Volkswagen y un Mitsubishi, Kosilov logró obtener un pequeño todoterreno que permite recorrer terrenos a los que muchos otros vehículos ni siquiera se atreverían.
Las suspensiones fueron elevadas, con una distancia al suelo que ahora es de 36 centímetros, al mismo tiempo que unos neumáticos todoterreno ayudan a mejorar su comportamiento. Los ángulos de entrada y salida son óptimos, ya que las ruedas se ubican bien en los extremos de la carrocería y combinado con su bajo peso, le permite obtener un excelente comportamiento en caminos difíciles.