El ejemplar número 375 del McLaren P1 salió hace unos pocos días de la fábrica, marcando al mismo tiempo el fin de la producción del superdeportivo de origen británico.
El hypercar híbrido utiliza un motor V8 biturbo de 3.8 litros de cilindrada, que funciona en conjunto con un motor eléctrico, produciendo una potencia combinada de 916 caballos de fuerza. Ese conjunto mecánico le permite acelerar de 0-100 km/h en 2,8 segundos, los 0-200 Km/h en 6,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima que ha sido limitada a 350 kilómetros en la hora.
McLaren culminó la producción del P1 y fotografió juntas a la primera y a la última unidad.
La última unidad producida salió con su carrocería pintada en color naranja nacarado, con detalles en fibra de carbono expuesta, tales como el splitter frontal y el difusor y las llantas de aleación en color plateado.
En su interior el comprador escogió que los asientos de fibra de carbono estén revestidos con un tapizado en Alcántara de color negro y naranja, además de algunos detalles en color negro brillante en la consola central, las salidas de aire y el instrumental.
Cada una de las 375 unidades fueron fabricadas a la medida de su propietario, lo cual al mismo tiempo aseguró que no existieran dos unidades totalmente iguales. El último P1 en salir de la fábrica fue fotografiado junto al primer ejemplar producido, una unidad con su carrocería pintada en un color plateado denominado Ice Silver.
Además de las 375 unidades producidas en serie, McLaren construyó 21 unidades adicionales que fueron sometidas a las pruebas de desarrollo. Esas unidades recorrieron mas de 600,000 kilómetros en todo tipo de terrenos y climas. Se desconoce cual será el destino de esos 21 ejemplares.
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