Los tiempos cambian, y también las opiniones de los fans. Tal es así que hoy en día casi no encuentro opiniones favorables respecto a los pequeños equipos de la Formula Uno. Ello en parte se debe a que actualmente los equipos se transformaron en un negocio sin pasión, a que son sinónimo de “pay to drive” en vez de ser la cuna de los futuros campeones de la categoría reina del automovilismo mundial.
Pero, hubo una época en que las cosas no eran así, donde había equipos que sin descuidar el negocio, estaban llenos de pasión y quedaron en la memoria de la afición, aún incluso sin haber logrado clasificarse en varias competencias.
Uno de esos equipos se llamó “Andrea Moda” que tiene el honor de haber tenido en sus filas a Perry McCarthy, apodado “El piloto con mas mala suerte en la historia de la F1”.
Todo comenzó cuando el empresario italiano Andrea Sassetti, propietario de la mara de calzados que le dio nombre al equipo, compró al equipo Coloni en lo que las malas lenguas dijeron que se trató de una maniobra para blanquear dinero mal habido. En parte dados los antecedentes del empresario italiano.
El equipo asistió a la primer carrera con los chasis que Coloni había utilizado el año anterior pero dotándolos de nuevos motores y cajas de cambio proporcionados por Judd y Dallara respectivamente. Sus pilotos eran Enrico Bertaggia que venía de intentar clasificarse con Coloni el año anterior y Alex Caffi, un piloto italiano a quién muchos catalogan como “de carácter difícil”.
Nada mas al llegar al circuito de Kyalami (Donde arrancó la temporada 1992, con una victoria aplastante de Williams-Renault) Sassetti se enfrentó con la FISA que en una “extraña” maniobra consideró al equipo como “nuevo” y por ende quiso obligarlo a abonar la cifra de 100.000 dólares que se exigía por entonces a los nuevos equipos. Como resultado, Andrea Moda no disputó el primer Grand Prix y para peor la FISA en lo que fue tal vez un intento de eliminar al equipo les indicó que no podían competir con los autos de Coloni.
Como consecuencia de la postura del ente regulador, Sassetti debió construir un chasis en tiempo record. En tan solo dos semanas adaptó un diseño que BMW había descartado al cancelar su ingreso a la categoría, comprando el mismo al ingeniero Nick Wirth (Sobrino de Max Mosley y jefe del equipo Simtek de F1). Como resultado nació el “S921”.
Aunque el equipo llevó sus autos al Grand Prix de México, su titular retiró al mismo luego de la precalificación con argumentos que no estuvieron a gusto de quienes habían colaborado con el proyecto y mucho menos con la FIA y la FISA. Sassetti solo lograba ponerse a mas gente en contra dentro del circo de la F1. Obviamente, también tuvo en contra a sus pilotos, a quienes despidió luego de quejarse por no poder participar.
Los pilotos reemplazantes resultaron ser Perry Mc Carthy, un piloto conocido por haber sido “Stig” en Top Gear, piloto de resistencia y tester de Williams en Formula Uno pero mucho mas por su estadía en la F1 sufriendo en cada carrera. Y el brasileño Roberto “Puppo” Moreno, muy conocido por festejar como si se tratara de una victoria su segundo lugar en el Gran Premio de Japón de 1990. Entre ambos confirmaron la que seguramente sea el equipo con menos pelo en la historia de la F1.
Para la tercer carrera de la temporada un nuevo inconveniente ante los escritorios dejó a Perry Mc Carthy sin superlicencia y en una posición incómoda dentro del equipo ya que Bertaggia con nuevo sponsor estaba intentando recuperar su lugar y Sassetti deseaba ese dinero (Admito que aquí es donde en parte no se cumple lo escrito en los primeros párrafos sobre el dinero y la pasión). En aquel momento la FIA permitía un límite de cambio de pilotos por equipo y Andrea Moda ya lo había cumplido. Pero, como dice el refrán, toda ley tiene su trampa y Sassetti lo tenía muy claro, siendo su objetivo hacer que McCarthy renuncie a su puesto.
Llegando al Gran Premio de España por fin los dos autos pudieron salir a pista, o casi. Nadie despertó a McCarthy quién de casualidad, a las 7:25 abrió los ojos por el ruido que realizaba el hermano de Sassetti, borracho y recién llegado de una fiesta la noche anterior. Sin forma de llegar al circuito a tiempo, el piloto dejó que dicho personaje lo llevara viajando a unos 160 km/h, pero logrando el objetivo. Moreno logró dar 4 vueltas quedando último, muy lejos del piloto que lo precedía y McCarthy apenas pudo hacer una veintena de metros antes de que el motor explotara. Las cosas iban cada vez peor para el piloto que lucía en su casco los colores del legendario Gilles Villeneuve.
Las cosas parecían mejorar el siguiente Grand Prix en Imola cuando McCarthy logró dar 7 vueltas. Sin dudas toda una hazaña para el equipo. La “gloria” para el equipo llegaría en Mónaco con la clasificación de Moreno gracias a la rotura de otro auto, pero girando en forma consistente delante de varios autos, mientras pudo hacerlo ya que duró solo 11 vueltas de las 78 pactadas en el principado.
En Canadá las cosas iban de mal en peor ya que no recibieron los motores Judd por falta de pago. En un gesto que hoy sería imposible ver el equipo Brabham les prestó un motor que instalaron en el auto de Moreno pero aún así quedaron a 20 segundos del último clasificado.
No acudieron al circuito de Francia por culpa de una huelga de camioneros siendo el único equipo con ausencia en dicha cita. Era obvio que Sassetti no tenía intenciones de mantener al equipo, tan obvio como la voluntad que ponían sus pilotos jugándose la vida al manejar esos autos, en especial Moreno ya que a McCarthy lo mantenían todo el tiempo sentado en el auto dentro del box enviándolo a pista solo con el tiempo suficiente para dar una o dos vueltas de clasificación.
En las siguiente carrera, en Silverstone, el equipo por orden de Sassetti envía a McCarthy a pista con neumáticos de lluvia ¡en un día soleado!. La rivalidad entre ambos era mas que evidente y la intervención de la FISA inminente. Se dio cuando el equipo directamente no dejó dar ni una sola vuelta de clasificación a McCarthy.
En Spa las cosas no iban a ser muy diferentes pero el piloto británico del equipo finalmente iba a ganar la pulseada. Salió a pista con el pie derecho a fondo, a todo o nada hasta que en una bajada a 240km/h su auto se rompió como consecuencia de piezas de dirección defectuosas que habían sido probadas en el auto de Moreno para luego ser colocadas en el de McCarthy por orden de Sassetti. Con una clara intención de renunciar (Y seguramente de agredir físicamente a Sassetti) McCarthy regresó al box, en donde se encontró con que la policía había arrestado al italiano por fraude e intento de asesinato.
Ese fue el fin para un equipo que aún hoy en día tiene mas fans que vueltas en pista ya que unos días después fue expulsado del mundial.
Al año siguiente Sassetti, cuya versión de los hechos es muy distinta y Wirth intentarían retornar a las pistas con el equipo Bravo F1 pero su ingreso fue vetado por Ecclestone que no quería saber nada con el empresario italiano dada la mala imagen que le daba a la categoría.
Cuenta la leyenda que el destino de los autos fue ser parte del mobiliario del living de Sassetti. Respecto a McCarthy, escribió un libro humorístico llamado “Flat Out, Flat Broke: Formula 1 the hard way” con anécdotas sobre aquella temporada.