Fernando Alonso fue partícipe de un inesperado final para en el Gran Premio de Alemania disputado el pasado fin de semana, ya que luego de recorrer los 60 giros, su Ferrari F150 Italia, se quedó sin combustible y se vio forzado a aceptar el ofrecimiento de Mark Webber que lo llevó a pasear en su Red Bull, oficiando a modo de taxista. Al cruzar la bandera a cuadros, el coche se quedó sin nafta y Alonso tuvo que pedir auxilio a uno de sus rivales en la competencia, a fin de poder dar el último giro y llegar hasta el podio.
Según palabras del propio Alonso, Webber «me llevó como si fuera un taxi», declaraba sin poder contener las carcajadas. Pero no todo eran risas, ya que los ingenieros de Ferrari temían no poder proporcionar la muestra de combustible requerida por la FIA, con la consiguiente sanción y pérdida de los puntos. ¡Para el motor ya! le decían a Alonso por la radio, en un intento desesperado por conservar las últimas gotas que quedaban dentro del tanque.
Afortunadamente, el monoplaza de Alonso pudo pasar los controles de la FIA, con el poco combustible que quedaba en el depósito, sin recibir ninguna sanción.