El escándalo de Volkswagen que estalló luego que en Estados Unidos se conociera que muchos de los vehículos equipados con motores TDI tenían un dispositivo oculto que engañaba los procesos de medición de emisiones contaminantes, está ahora abarcando a otro tipo de vehículos.
Luego de una investigación interna, Volkswagen descubrió algunas incoherencias en la certificación de emisiones de CO2 de nada menos que 800 mil coches, la gran mayoría de ellos equipados con motores diesel. Esto quiere decir que Volkswagen tomó por validos los valores de consumo y emisiones de todas estas unidades, que en realidad son mayores a las obtenidas en las mediciones.
Por el momento la fama alemana no brindó mayores detalles acerca de cuales son los modelos afectados, como así tampoco sus marcas, aunque se encargaron de aclarar que ya se han reservado 2.000 millones de euros para atender el asunto.
Cuando Matthias Müller asumió la conducción, prometió un cambio de actitud cara al futuro, fundamentalmente relacionado con una mayor transparencia. Si bien en principio esta nuevo descubrimiento parece algo muy negativo, lo cierto es que la promesa de Müller toma sustento y en el largo plazo podría hasta llegar a mejorar su alicaída imagen de marca.
Volkswagen detectó y reconoció públicamente este nuevo error y ya se prepara para subsanarlo, aunque aseguran que un llamado a revisión no será necesario, ya que no se trataría de un problema técnico.