Cada día es mas difícil impresionar a los asistentes del SEMA Show y es por ello que los creadores de éste Hot-rod recurrieron a algo nunca visto antes, de aspecto salvaje y bien diferente a lo habitual. Este Ford del año 1932 monta un motor Ferrari Turbo, un híbrido Ford-Ferrari que se transformó en una de las atracciones de la muestra que tiene lugar en la ciudad de Las Vegas.
El coche monta un motor Ferrari V8 de 3.0 litros, con una relación de compresión de 9.1:1, animado por dos turbos e intercoolers Mishimoto. El propulsor, puede girar hasta las 8.500 rpm, produce unos 950 CV de potencia y se combina con un cambio manual Tremec de seis velocidades. Los frenos son con discos de 15 pulgadas y mordazas de cuatro pistones.
La carrocería es de fibra de vidrio, por lo que puedes imaginar que con sus casi 1000 caballos, su relación potencia-peso es óptima. El coche aún no está 100% terminado, pero ya se encuentra a la venta en Estados Unidos con un precio estimado de 234.000 euros.