La llegada de Donald Trump al poder comienza a hacerse sentir en forma inmediata en la industria de la automoción estadounidense. Toyota acaba de anunciar una inversión de 600 millones de dólares en Estados Unidos, destinada a su planta de Princeton, Indiana.
A través de un comunicado de prensa, el fabricante japonés conformó esa inversión que traerá con sigo la creación de 400 puestos de trabajo adicionales. La inversión tendrá como objetivo la modernización de la planta, con nuevas tecnologías que permitirán mejorar su competitividad, al mismo tiempo que permitirá lograr cumplir con la creciente demanda del Toyota Highlander.
La firma japonesa no ha precisado detalles acerca de los trabajos, aunque confirmaron que el inicio de las obras tendrá lugar a partir del otoño de 2019. Sin embargo todavía no hay una fecha exacta que indique cuando se incorporarán los 400 nuevos empleados a la planta. Una vez concluidas las obras, la producción del Toyota Highlander trepará a las 40.000 unidades anuales. El Toyota Highlander es un SUV del segmento E con capacidad para ocho pasajeros, que resulta clave para el mercado estadounidense, pero que debido a sus características no es comercializado en los principales mercados de Europa.
La ampliación de la fábrica estadounidense forma parte de los 10.000 millones de dólares de inversión que la marca anunció para sus operaciones globales durante el pasado Salón del Automóvil de Detroit, que tendrán lugar durante los próximos cinco años y estarán destinados a mejorar la competitividad de todas sus plantas.