Ya no quedan dudas que la imagen de los motores diésel ha quedado fuertemente dañada luego del escándalo por las emisiones contaminantes adulteradas de los motores diésel del Grupo Volkswagen, lo que ha motivado una caída en la demanda de ese tipo de propulsores, forzando a muchas marcas a eliminar este tipo de modelos de su catalogo.
Desde que el escándalo de Volkswagen estallara en 2015, los vehículos diesel han perdido rápidamente popularidad en todo el continente. En el año 2011 los vehículos diésel representaban más del 50% de las ventas en Europa, pero esa cifra cayó al 44% el año pasado y estiman que la participación del diésel continuará cayendo en los próximos años.
Los últimos fabricantes en sumarse a esta drástica decisión han sido Suzuki y Mitsubishi y el primero de ellos lo hará tan pronto como este mismo año, ya que a partir de 2019 Suzuki ya no venderá en Europa coches con motores diésel. Mitsubishi en cambio planea una suerte de transición, ya que inicialmente eliminará los motores diésel de su gama en Alemania y Reino Unido, para luego ir eliminado este tipo de motorizaciones en el resto de los países del viejo continente, siempre hablando de los turismos y comerciales ligeros.
Los fabricantes no hacen mas que responder a la demanda, ya que la participación de lo diésel ha caído en picado en los últimos años. Si hablamos de Suzuki, las ventas correspondientes a motores diésel el pasado año apenas alcanzó al 10% de los vehículos comercializados en toda Europa. Y a Mitsubishi no le ha ido mucho mejor, ya que en el mismo período el 30% de los coches vendidos han sido diésel.
Esta drástica decisión deja a Mazda como el único fabricante japonés que aún continuará vendiendo vehículos diesel en Europa, ya que Toyota anunció el cese en la comercialización de ese tipo de vehículos, al igual que Honda que se volcará a la electrificación.