Alain Prost retornaba luego de un año de ausencia en las pistas, para ocupar el lugar dejado por Nigel Mansell en el equipo Williams.
Comenzó el año con una victoria en Kyalami (Sudáfrica). Definitivamente el francés se sentía muy a gusto en el equipo inglés impulsado por motor Renault, marca que le había dado su primera victoria en la categoría. De hecho estaba tan a gusto que al bajarse del podio declaró “Desde 1987 no sentía tanto respaldo de mi equipo. En confianza, eso me da 20 caballos más”.
El problema era que no tenía esa confianza manejando bajo la lluvia y en ocasión del Gran Premio de Brasil, en Interlagos, perdía una victoria segura a manos de su histórico rival: Ayrton Senna Da Silva, que ganaba en su casa bajo la ovación de la “torcida” brasileña.
El brasileño que por pedido de expreso de Prost no pudo firmar con Williams para esa temporada, no estaba seguro de las cualidades técnicas del McLaren-Ford y sólo firmaba contrato para cada carrera. Donington sería el lugar donde tomaría la decisión de correr el resto de la temporada con el equipo dirigido por Ron Dennis.
Bajo el sol, en la práctica especial del Jueves, todo jugaba a favor de los Williams con Prost y su novato compañero de equipo, el británico Damon Hill, hijo de Graham (Campeón mundial en 1962 y 1968). Sin embargo al pasar las sesiones se perdía la cuenta de los despistes, en especial el Sábado cuando una cortina de lluvia mojaba permanentemente la pista.
La razón de tantos despistes no era solamente el agua caída sino la vecina pista del aeropuerto de East Midland y los aviones que vaporizan kerosene sobre la pista durante los 365 días del año transformando la misma en una zona de patinaje cuando se moja. Esta condición esfumaba la superioridad de los Williams con suspensión activa haciendo prevalecer a la habilidad del piloto… de un piloto en particular: Ayrton “Magic” Senna y un McLaren que desde los inicios de la temporada no contaba con la última evolución del motor Ford y se mostraba arisco al encarar las curvas.
Largando desde el cuarto lugar por el lado de afuera Ayrton intenta pasar a Michael Schumacher, quién fiel a su estilo intenta empujarlo fuera de la pista quedando ambos detrás de Karl Wendlinger con el Sauber en los primeros metros de carrera. En la primera curva Ayrton cambia su trayectoria y sobrepasa a Schumacher por el lado interno, se aproxima como una avalancha a Wendlinger y lo supera en la “S” de forma magistral por el lado externo de la pista. No contento con esa maniobra el brasileño se aproxima al Williams de Damon Hill quién es superado apenas unas curvas después con mucha facilidad.
Los espectadores, los comentaristas, nadie podía salir del asombro al ver semejantes maniobras. No se trataba de un piloto superando cinco autos en una vuelta con un medio mecánico superior sino todo lo contrario, era una muestra de habilidad, de pasión, no había necesidad de ahorrar combustible o cuidar los neumáticos. Era como si Ayrton corriera bajo el sol, con el piso seco y con los 20 caballos en confianza que Prost había mencionado en el inicio de la temporada. Seguramente el francés tampoco podría salir del asombro al ver como “Magic” se le aproximaba en la curva Melbourne y se colocaba primero luego de frenar mucho mas tarde que el piloto francés.
A partir de ahí Senna se dedicó a hacer lo que mejor sabía: Correr rápido, más rápido que nadie. Estiraba su ventaja a 4 segundos, luego 7, en la cuarta vuelta acumulaba 9 segundos de ventaja y lograba la única vuelta rápida de la historia obtenida pasando por la calle de boxes. Mientras tanto, Prost perdía la vuelta con su compañero de equipo quedando en tercer lugar.
Al bajar del auto, Prost se quejo del equipo, de los neumáticos, de muchas cosas. Ayrton solo se limitó a preguntarle “Quieres que cambiemos de auto?”.Prost no contestó con palabras, su cara de disgusto fue suficiente.
Paradojas del destino harían que el francés en los años posteriores regrese a McLaren como asesor y que Ayrton concrete su sueño de correr para Williams en 1994…. Pero esa es otra historia…
Mientras tanto, en Donington, la lluvia se alejaba del circuito dejando espacio para los últimos rayos de sol en aquel Domingo 11 de Abril de 1993…