La Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) creen que Fiat Chrysler Automobiles ha utilizado un software de control de emisiones auxiliar en sus motores diésel, que propició un exceso de emisiones contaminantes, violando de ese modo las leyes de Estados Unidos.
El comunicado considera que no revelar el software que afecta las emisiones de un motor es una violación grave de la ley. Por el momento continúa la investigación para medir el posible impacto causado por éste dispositivo, pero la ley prevé sanciones de hasta 44.539 dólares por vehículo, es decir que Fiat Chrysler Automobiles podría en teoría recibir una multa máxima de 4.600 millones de dólares.
Por su parte, el propio Sergio Marchionne se encargó de responder a la acusación en una rueda de prensa, negando enfáticamente que Fiat Chrysler Automobiles hubiera obrado en forma incorrecta, afirmando que la compañía ha estado en conversaciones con la EPA al respecto. Marchionne aseguró que la compañía no ha hecho nada ilegal y que jamás tuvieron las intenciones de modificar los motores para que puedan pasar los controles de emisiones y agregó “No hay una sola persona en esta empresa que intente algo tan estúpido como eso, no pertenecemos a esa clase de criminales”.
Por otro lado, Fiat Chrysler Automobiles emitió un comunicado en el que señala estar decepcionado por que la EPA haya optado por emitir un aviso de violación respecto a la tecnología utilizada en el control de emisiones empleada en los motores diésel. La marca confirma sus intenciones de trabajar con la administración entrante para lograr resolver este asunto de manera justa y equitativa y para asegurar a los clientes que los vehículos diésel de la compañía cumplen con todos los requisitos que marca la ley.