Se trata de la principal causa de muerte en carretera de Europa y EuroNCAP ha decidido tomar cartas en el asunto al anunciar la introducción de una prueba mediante la cual evaluarán el funcionamiento de los sistemas de detección de peatones en aquellos vehículos que utilicen dicha tecnología. Si bien las muertes se han reducido durante los últimos años en forma drástica en el viejo continente, los peatones, ciclistas y motociclistas representaron el 47 por ciento de las 26.000 muertes ocurridas en carretera durante e año pasado.
Las pruebas expondrán a los vehículos a dos escenarios distintos, en los cuales se simularán a través del uno de maniquíes a peatones adultos que se interponen en la trayectoria del vehículo y a niños saliendo en forma imprevista detrás de coches aparcados. Para obtener un buen puntaje, los coches que ofrecen los sistemas automatizados deberán ser capaces de evitar colisiones con maniquíes a velocidades de hasta 40 km/h. Entre los 40 y los 60 km/h la prueba tiene como objetivo reducir las velocidades de colisión a menos de 40 km/h, con la finalidad que las lesiones por el impacto permitan la supervivencia del peatón con el menor daño posible.
Los sistemas autónomos de frenado de emergencia, vienen para intervenir en forma autónoma cuando un conductor distraído no frena, o lo hace demasiado tarde. El sistema se vale del uso de radares, rayos láser, cámaras y sensores para detectar una colisión inminente y actuar en consecuencia, deteniendo el vehículo o al menos reduciendo su velocidad.
Hace casi ya 20 años que EuroNCAP mejora poco a poco la protección de peatones, primero con la obligatoriedad de adoptar diseños de carrocería que minimicen los daños ante un impacto, hasta las nuevas tecnologías como los actuales sistemas de frenada autónoma, que tarde o temprano acabarán siendo parte de la dotación de serie de los productos que se comercializan en Europa.