El downsizing ha ya alcanzado un punto de no retorno y poco a poco va arribando a todos los segmentos. Ocurre con algunos deportivos grandes, que dejan de lado los motores V12 de aspiración natural en favor de otros turbo de menor cantidad de cilindros y también ocurre con los deportivos compactos.
De acuerdo a lo que ésta semana señala la publicación australiana CarAdvice, la próxima generación del Megane RS que tendrá su debut oficial en el marco del próximo Salón del Automóvil de París, montaría un pequeño motor turboalimentado, en combinación con una transmisión automática EDC con doble embrague. Todo parece indicar que la división deportiva de Renault ha decidido sustituir al motor turbo de 2.0 litros, en favor del propulsor de 1,6 litros turbo que utiliza el Clio RS, debidamente elaborado para lograr mejoras en su rendimiento.
Los ingenieros de Renault argumentan que el 2.0 litros es un propulsor ha alcanzado el limite en relación a posibles mejoras en las cifras de consumo de combustible y emisiones contaminantes. En su nueva generación, el nuevo Mégane RS se ofrecerá únicamente con carrocería de cinco puertas, que será la única carrocería disponible en la actual gama Mégane, además de la versión Wagon.
Habrá que observar que potencia logra extraer Renault Sport al 1,6 litros turbo, que en el caso del Clio RS 200 logra un rendimiento de 200 caballos de fuerza y teniendo en cuenta que el actual Mègane RS logra una potencia de 275 CV, es de esperar que el pequeño 1,6 litros se aproxime a los 300 CV.