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Esta semana se celebran 40 años del lanzamiento del Citroën CX, un revolucionario modelo que debutara en el Salón del Automóvil de París del año 1974. Se trataba de un sedan de grandes dimensiones, con 4.66 metros de longitud y espacio para cinco ocupantes.
Se ofreció con tecnologías como la suspensión hidroneumática, dirección de asistencia variable y frenos ABS.
El CX llegó como el sucesor del DS y ligó el récord de ser producido a lo largo de 18 años, desde su presentación en 1974 hasta el año 1991 cuando dijo adiós en forma definitiva.
Se trató de un modelo que dio muchas satisfacciones a la marca francesa, que logró colocar en el mercado nada menos que 1.2 millones de unidades en sus 18 años de vida.
El encargado de darle forma al Citroën CX fue el arquitecto francés Robert Opron, quien fue también responsable del diseño de otros productos emblemáticos de PSA, como los Citroën GS y SM, además de los Renault 9, 11 y Fuego entre otros.
El CX fue revolucionario en muchos aspectos, ya que fue el primer sedan de la marca en ofrecerse con un motor turbodiesel, además de contar con un coeficiente aerodinámico de o.35 que para su época era muy bajo y al que le hizo honor con su nombre.
Pero además el modelo se ofreció con sistema de suspensiones hidroneumáticas, que también habían sido usadas en el DS, sistema de dirección que variaba su asistencia conforme aumentaba la velocidad, transmisión automática y a mediados de la década de 1980 comenzó a ofrecerse incluso con frenos ABS.
El modelo llegó ademas con algunas variantes de carrocería como el Break, del tipo familiar, con carrocería alargada al que se denominó Prestige, que casi alcanzaba los 5 metros de largo e incluso una variante de carácter deportivo que se denominó Citroën CX GTi.
El GTi utilizaba un motor de 2.4 litros equipado con inyección electrónica de combustible, que producía 128 caballos de fuerza, que se asociaba a una transmisión manual de 5 marchas.
