Chery se arraigó en Irán hace poco más de una década y ahora impulsa su expansión mas importante en ese mercado. La marca china inició sus actividades en Irán en el año 2004, tras un acuerdo de cooperación logrado con Modiran Vehicle Manufacturing Company (MVM), a tres del cual comenzaron a ensamblar vehículos en formato CKD.
Poco tiempo después, Chery se transformó en accionista mayoritario de MVM, sentando sus raíces en Irán en forma definitiva. Construyeron una planta que produce 60.000 unidades al año y estableció poco a poco más de 150 puntos de venta a lo largo del país, lo cual a través de sus 12 años de historia, lo transformo en el tercer fabricante de Irán, solo de tras de las dos empresas de propiedad estatal IKCO y SAIPA.
Chery encabezó la lista de marcas extranjeras con mas ventas en Irán, un mercado en el que se encuentra presente con sus modelos Tiggo 5, Tiggo 3, E5, Fulwin 2 y QQ.
Para promover su desarrollo en Irán, guiados por su estrategia de globalización, Chery ha elaborado un plan de expansión de su parque industrial en Irán. La inversión le permitirá expandir su actual producción hasta alcanzar las 160.000 unidades al año, a través de un parque industrial que agrupará a proveedores de piezas y servicios, que no solo abastecerá a Chery sino también a otros fabricantes de automóviles, tanto en Irán como en China.
Con la puesta en marcha de éste proyecto, en forma progresiva, Chery se plantea el objetivo de poder comercializar 100.000 vehículos al año hacia 2018 y para poder lograrlo, tienen las intenciones de lanzar cada año dos o tres modelos nuevos.
Sin embargo, analistas del sector pronostican una baja en las ventas de Chery, ya que tras el levantamiento de las sanciones internacionales, los clientes están esperando la llegada de productos que cualitativamente superen a los chinos y allí ya están las marcas premium alemanas dispuestas a satisfacer a los clientes iraníes.