El panorama del sector automotor de Argentina se torna cada día mas incierto. El Gobierno dispuso nuevos impuestos internos a comienzos de año, para los coches que superaran determinado valor, lo que combinado con la devaluación de la moneda y a la inflación dio como resultado una fuerte caída en las ventas.
Por la dificultad de hacerse de divisas extranjeras, Renault Argentina suspendió las importaciones desde Brasil hasta 2015.
La producción de vehículos durante el primer semestre de 2014 ya es además la mas baja de los últimos cuatro años, en torno a las 51 mil unidades, es decir un 20 por ciento por debajo del mismo periodo anterior.
Pero otra novedad se suma a éste explosivo coctel que parece tener como destino liquidar al sector.
El Banco Central de la República Argentina dispuso una fuerte restricción al acceso de divisas extranjeras, al punto de que a las terminales radicadas en la Argentina se les hace ya imposible poder conseguir los dólares necesarios para importar autos desde Brasil y por supuesto del resto de los mercados mundiales también.
De acuerdo a lo que informa hoy el diario La Nación, ésta semana el presidente de Renault Thierry Koskas reunió a los principales representantes de la red de concesionarios oficiales de Argentina para comunicarles las malas noticias: la suspensión de importaciones desde Brasil. Nada que ellos no supieran, ya que habían notado como los coches provenientes desde Brasil se demoraban cada vez mas, incluso los populares como el Logan o el Sandero.
En este contexto Renault Argentina suspendió la importación de vehículos provenientes desde Brasil al menos hasta fin de año, pero nada hace pensar que la situación pueda revertirse debido a una mejora en el sector.
Aunque de forma extraoficial, el resto de las terminales aseguran que recibieron instrucciones de demorar los pagos a Brasil al menos hasta 2015, lo que significa que cuando se agote el stock actual será muy difícil conseguir en el mercado un vehículo que no se fabrique en la Argentina.
Todo esto hace suponer que los lanzamientos de nuevos modelos deberán esperar al menos hasta 2015. Aunque si la situación económica no mejora, probablemente habrá que esperar a la llegada de un nuevo gobierno para lograr comenzar a reacomodar las piezas de éste rompecabezas automotriz que parece haber perdido alguna de sus piezas.