Adquirir un automóvil nuevo en Venezuela se transformó en algo complicado y con resultados inciertos. La crisis económica que atraviesa el país caribeño, sumada a las restricciones cambiarias, tiene a los concesionarios prácticamente sin vehículos que ofrecer.
La industria automotriz por su parte atraviesa uno de sus peores momentos, ya que en lo que va de éste 2014 la producción de vehículos descendió casi un 78 % respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando apenas las 1.721 unidades. Con ese ritmo de producción, satisfacer la demanda de los clientes que ya están en lista de espera para la adquisición de un coche nuevo, podría tomar hasta 5 años.
El problema está basado en las restricciones monetarias impuestas por el gobierno venezolano, que impiden a las terminales hacerse de moneda extranjera para poder importar las piezas necesarias para la fabricación local de vehículos. Esto ocurrió hacia finales del año pasado y tras esa medida, varias plantas debieron cesar sus actividades debido a la imposibilidad de contar con todas las partes necesarias. Entre ellas se encuentran Chrysler, Toyota e Iveco, las cuales prácticamente no produjeron ningún vehículo en lo que va del año.
Con esa baja producción, la venta de vehículos nuevos ha sido prácticamente inexistente, al punto que algunas marcas vendieron apenas un puñado de coches. Toyota logró colocar solo 4 vehículos en lo que va del año, Chrysler también vendió 4 vehículos y Ford solo tres.
Con estos problemas relacionados con la producción, el mercado se distorsionó completamente, por lo que un vehículo de segunda mano es muchísimo mas caro que uno nuevo. El gobierno venezolano elabora además una lista de precios regulados para la venta de vehículos nuevos y usados en todo el territorio venezolano, lo que solo ayuda a complicar aun mas la situación.